El engendramiento de espermatozoides, concretamente, gametogénesis masculina, esto es, el proceso evolutivo que conduce a la formación de los espermatozoides a partir de los espematoblastos (J. H. y S.).
En medicina, el proceso de desarrollo de los espermatozoides, incluyendo la primera fase, llamada espermatogénesis, en la cual la espermatogonia se convierte en espermatocitos que se desarrollan hacia espermátides, y una segunda fase, llamada espermiogénesis, en la cual las espermátides se convierten en espermatozoides.
En citología, el proceso de formación de los espermatozoides, gametos masculinos, que se realiza en las gónadas masculinas (véase aparato reproductor). Los espermatozoides son células haploides, es decir, tienen la mitad de los cromosomas que una célula somática. La reducción se produce mediante una división celular peculiar, la meiosis. La espermatogénesis, en la especie humana, comienza cuando las células germinales de los túbulos seminíferos de los testículos se multiplican. Se forman unas células llamadas espermatogonias. Cuando el individuo alcanza la madurez sexual las espermatogonias aumentan de tamaño y se transforman en espermatocitos de primer orden. En estas células se produce la meiosis. La primera división de la misma da lugar a dos espermatocitos de segundo orden, y éstos, tras otra división celular, producen dos espermátidas cada uno. Las cuatro células resultantes son ya haploides. La siguiente fase es la espermiogénesis. En ella, las espermátidas se convierten en espermatozoides. Para ello, se reduce el citoplasma, el núcleo se alarga y queda en la cabeza del espermatozoide, las mitocondrias se colocan en el cuello y los centriolos originan un flagelo.