El estado de la materia intermedio entre el gaseoso y el sólido, en el que las moléculas pueden moverse, pero manteniendo entre ellas una cierta distancia media. Los líquidos tienen un volumen muy poco variable bajo condiciones externas y presentan una forma que se adapta al recipiente que los contiene. Son susceptibles de evaporarse o solidificarse; igual que en los gases, se consideran fluidos, debido a la gran movilidad de sus moléculas. En la superficie libre de los líquidos, la orientación especial de sus moléculas da lugar a fenómenos de tensión superficial. En las proximidades de las paredes del recipiente se producen los fenómenos de adherencia y capilaridad.