Es el agente farmacológico que incremente la acción del corazón. Los glucósidos cardíacos aumentan la fuerza de las contracciones miocárdicas y disminuyen la frecuencia cardíaca y velocidad de conducción. Se utilizan en el tratamiento de la ICC, el aleteo y la fibrilación auricular, la taquicardia auricular paroxística y el shock cardiogénico. La epinefrina, un potente vasopresor y estimulante cardíaco, a veces se utiliza para recuperar el ritmo cardíaco en casos de parada pero no para tratar la insuficiencia cardíaca o el shock cardiogénico. El isoproterenol, que está relacionado con la epinefrina, puede emplearse en el tratamiento del bloqueo cardíaco. La amrinona, la dobutamina y la dopamina, se utilizan en el tratamiento a corto plazo de la descompensación cardíaca tras una disminución de la contractilidad.