El término define una clasificación de los agentes antirreumáticos en virtud de su capacidad para modificar la evolución de la enfermedad, en oposición a los que simplemente tratan los síntomas (FARME). Entre los agentes incluidos se cuentan auranofina, azatioprina, ciclosporina, sales de oro, hidroxicloriquina, leflunomida, metotrexato, penicilamina y sulfasalazina.