La enfermedad infecciosa de origen vírico que afecta al ganado y se caracteriza por la aparición de pequeñas ampolla cutánea en la boca y entre las pezuñas (glosopeda). La enfermedad se caracteriza por una subida repentina de la temperatura, seguida de una erupción de ampollas en la boca, en áreas de piel delicada, como las ubres en las hembras, y en las pezuñas; también pueden aparecer ampollas en el hocico. La erupción va acompañada de salivación y chasquidos frecuentes de los labios. Las ampollas aumentan de tamaño y al final revientan, dejando al descubierto superficies erosionadas en carne viva. El proceso de comer se vuelve difícil y doloroso, y dado que los tejidos blandos de la parte inferior de las pezuñas se inflama, el animal queda cojo y puede incluso perder la cubierta córnea de éstas. El ganado criado para carne pierde mucho peso, y las vacas y cabras dan menos leche. La enfermedad mata a menudo a los animales más jóvenes y hace que las hembras preñadas aborten. El efecto incapacitante es muy grave en especial en los lugares donde los bueyes se usan como animales de tiro.
La fiebre aftosa sigue siendo una amenaza para los ganaderos y las industrias de empaquetado de carne, el cuero y la lana. No obstante se han logrado considerables progresos en el desarrollo de una vacuna eficaz contra la enfermedad, aunque el coste de vacunar a todo el ganado susceptible a ella sería prohibitivo y además no garantiza la erradicación total de la enfermedad. En consecuencia, la única medida eficaz en la actualidad contra la fiebre aftosa es el sacrificio de todos los animales afectados.