Dícese de la fractura que se suele producir cuando una persona se cae y para la caída apoyando el brazo extendido, por ejemplo, al caerse de un caballo; también se puede producir por el impacto directo con otro deportista u obstáculo: la fractura en el área del hombro casi siempre afecta a la clavícula. Si se sospecha una fractura de ésta, se inmoviliza el brazo con un cabestrillo en la posición más cómoda y se asegura el cuerpo con una venda elástica. Se aplica hielo sobre el área durante 20 minutos cada vez y se busca asistencia médica para hacer radiografía que confirme el diagnóstico. El tratamiento conservador (por ejemplo, con un cabestrillo o un vendaje clavicular dependiendo del carácter de la fractura) suele tener éxito; se requiere cirugía si el hueso penetra la piel. La fractura suele curar en unas seis semanas (tres semanas en los niños menores de 12 años). Sin embargo, la mayoría de los deportistas no pueden volver a la competición hasta que la clavícula es clínicamente sólida y se han rehabilitado los músculos adecuados, lo cual tal vez lleve 12 semanas. La rehabilitación consiste en ejercicio para fortalecer los músculos que no implique el movimiento del punto de la fractura, es decir, que no cause dolor.