Se aplica a los insectos capaces de provocar la formación de agallas; como los himenópteros del género Blastophaga en las flores femeninas brevistilas del cabrahigo. Se aplica también a las flores femeninas, adecuadas para producir una agalla por la picadura de un insecto, a los ramúsculos, hojas, que se encuentran en la misma condición.