Calificativo ecológico aplicado por Gola (1905) a las plantas propias de suelos impregnados de soluciones muy diluidas, como ocurre en los terrenos silíceos. La razón de este nombre está en la importancia que asumen los coloides en el metabolismo de esos suelos. La flora de los robledales de Quercus robur y de los hayedos suele, por ejemplo, encontrarse en este caso (HV.).