En un sentido prístino, «principio rudimental de un nuevo ser orgánico»; partícula de materia viva capaz de desarrollarse y formar un animal o una planta. En biología, el organismo microscópico, formado por una sola célula, que es capaz de causar enfermedades (bacteria o virus). La célula o conjunto de células que cuando se desarrollan dan origen a un ser vivo. La pequeña masa de materia viva capaz de originar, desarrollándose, un nuevo ser orgánico. En botánica, el embrión de la semilla; la propia semilla (ya en Ovidio); la espora. Por oposición a soma, el conjunto de células germinales o embrionarias. Un microorganismo, por ejemplo, un bacterio. El primer tallo que brota de la planta, el epicótilo. En Linné, Bahí, Cav., etc., ovario de las fanerógamas con sus «huevos»: así se decía el germen alto (ovario súpero) y germen bajo (ovario ínfero); antiguamente, el arquegonio. En medicina, se aplica a cualquier microorganismo, especialmente los patógenos (no técnico). La unidad de materia viva capaz de evolucionar hasta un organismo autosuficiente, como una semilla, espora o huevo. En embriología, se aplica a la primera fase del desarrollo, como el espermatozoide u otra célula germinal.