Se aplica a cualquiera de las numerosas estructuras saculares de la dermis. Se localizan por todo el cuerpo en estrecha relación con todos los tipos de pelo corporal, pero son especialmente abundantes en el cuerpo cabelludo, la cara, el ano, la nariz, la boca y el oído externo. Cada glándula está formada por un conducto único que surge de un grupo de alveolos ovales. Cada alveolo está formado por una membrana basal trasparente que encierra células epiteliales. Los conductos de la mayor parte de las glándulas sebáceas se abren en los folículos pilosos, aunque algunos lo hacen en la superficie cutánea, como en los labios menores o en el borde libre de los labios. El sebo segregado por esas glándulas engrasa el pelo y la piel que rodea y ayuda a evitar la evaporación del sudor, resultando útil para la retención del calor corporal.