Se aplica a un grupo de compuestos químicos complejos que se encuentran en los vegetales. Las enzimas de las plantas los descomponen en azúcares, entre los cuales suele encontrarse la glucosa, y en otras sustancias; el término glicósido se utiliza en ocasiones como sinónimo de glucósido: confiere glúcido.
Cada uno de los glucósidos de una planta es hidrolizado (descompuesto en una reacción con agua) por una enzima, por lo general específica, que se encuentra en la misma planta. No obstante, la enzima llamada emulsina hidroliza varios glucósidos. Enzimas y glucósidos se almacenan en células vegetales distintas hasta el momento en que hacen falta los productos de aquéllos y se activan éstas. Se cree que los glucósidos desempeñan varias funciones en las plantas. Son amargos, y existe la opinión de que esto evita que aves e insectos devoren las semillas y los frutos antes de la maduración completa, momento en que los glucósidos se transforman en azúcares dulces. Cuando se lesiona algún tejido vegetal, las enzimas hidrolizan los glucósidos en compuestos como fenol y ácidos, que ejercen una acción antiséptica y evitan la descomposición de los tejidos dañados.
Los glucósidos son solubles en agua y se obtienen de las plantas mediante extracción acuosa. Casi todos son sólidos cristalinos incoloros de sabor amargo. En el laboratorio se han sintetizado glucósidos simples; de las plantas se extraen varios centenares, utilizados con fines muy variados. Son importantes el indicán (véase añil), usado para teñir; la digitalina (véase digitalis), usada en medicina; y las saponinas, agentes espumantes utilizados por la industria y la medicina.