Tipo de grasa más oscura que la habitual, parte del tejido adiposo, que se encuentra en el recién nacido y en el animal que hiberna (es el que también se la conoce como glándula hibernante). Cuando se la compara con la grasa blanca normal, la grasa parda tiene más vascularización y mayor proporción de ácidos grasos insaturados. Puede ser convertida más rápidamente en energía calorífica, especialmente durante el despertar de la hibernación y durante golpes de frío en el recién nacido. Estos depósitos están estratégicamente situados cerca de grandes vasos, permitiendo un rápido calentamiento del torrente sanguíneo.
Se ha sabido que algunos tipos de obesidad en el hombre está asociado a la falta de grasa parda en el individuo afecto: en el sujeto normal, una ingesta excesiva de alimento se convierte en grasa parda y es rápidamente metabolizada. La grasa parda es una capa de adipocito especial generador de calor que se halla sobre todo en torno a los omóplatos y riñones: más abundante en el bebé que en el adulto. El adipocito pardo tiene gran densidad de mitocondrias. Las mitocondrias contienen gran cantidad de citocromos pigmentados que les permiten generar gran cantidad de calor que se transporta con rapidez a través del riego sanguíneo. La actividad metabólica de la grasa parda es estimulada por la ingestión de alimento y por la noradrenalina. La grasa parda constituye menos del 1% del peso corporal del adulto y se suele considerar sin importancia en el adulto.