Se dice de las plantas, flores, etc., cuando en éstas existen dispositivos especiales que impiden la autogamia, como acontece en las aristoloquias y en muchas orquídeas: término debido a Axell (Om anordningarna för de fanerogama växternas befruktning, 1869). Más tarde, Delpino (Atti d. Soc. ital. d. Sc. Nat., XYI) estableció cuatro grados de hercogamia;
La hercogamia absoluta, cuando, siendo absolutamente imposible la autopolinización de la flor, son los animales los que traen el polen de otras flores o de otras plantas.
La hercogamia accidental o hercogamia fortuita, si es también necesaria la intervención de los animales para la polinización, pero sin excluir la posibilidad de que accidentalmente se produzca la autogamia.
La hemihercogamia, que presupone un estado floral primario con hercogamia absoluta, y un estado secundario en que, si por falta de visitantes no se realizó la polinización, se facilita la autogamia por el desarrollo ulterior de los estambres (o de las piezas periánticas en que se hallan adheridos) o del pistilo, como acontece en el cólquico.
La criptohercogamia, cuando los insectos visitantes u otros animalitos lo mismo pueden llevar al estigma el polen de la propia flor que el de otra, es decir, que son igualmente posibles la polinización homóclina y la heteroclina, pero si la visita de los insectos no se realiza, subintra la autopolinización.