El tratamiento de enfermedad y lesión por medio de la aplicación de agua, en forma de baño caliente, masaje con chorro de agua, etc.: el empleo de agua para tratar trastorno. La hidroterapia se ha empleado con éxito para tratar esguince, distensión, contusión, tendinitis y tenosinovitis. El agua también se emplea a menudo como medio para hacer ejercicio después de una operación, un período de inmovilización o una enfermedad (por ejemplo, el síndrome de cansancio crónico) para que el deportista recupere la movilidad y la condición física. Gracias a la flotabilidad aportada por el agua, este ejercicio impone menos tensión mecánica sobre articulación y hueso que el ejercicio en carga normal. Se suele usar baja temperatura (8-12 ºC) para la hidroterapia inicial de la lesión deportiva, ya que el agua caliente puede exacerbar la hemorragia.