Es lo opuesto de hiperplasia, o sea, una reducción anormal del número de células en los tejidos y, como consecuencia, en los órganos. Si afecta a un solo órgano, conduce a la atrofia o al raquitismo; si a toda la planta, al enanismo o nanismo (J. del C.).
De hipo- y el gr. πλάσις, f. Bot.