Dícese de la hipótesis que establece que el rendimiento mejora con nivel superior de activación hasta llegar a un punto óptimo más allá del cual el aumento de la activación genera un efecto negativo sobre el rendimiento. Por tanto, el deportista puede rendir poco por estar sobre o infraexcitado. La hipótesis es cualitativa y no intenta cuantificar la relación entre la activación y el rendimiento. El grado óptimo varía según la persona que hace la misma tarea y en una misma persona que hace distinta tarea. Una asunción básica de la hipótesis es que la activación es unidimensional y, por consiguiente, hay una correlación de la activación; éste no es el caso (ver también teoría de la catástrofe).