Se aplica a la infección causada por la inhalación de esporas del hongo Histoplasma capsulatum; es decir, la histoplasmosis. Este hongo puede ser observado en distintas regiones del mundo, pero es mucho más frecuente en determinadas zonas concretas, siendo la micosis sistémica más frecuente en los Estados Unidos. Esto puede ser debido a que su crecimiento y desarrollo se ven favorecidos por determinadas condiciones naturales como la presencia de humedad en el suelo, sobre todo si éste ha sido previamente contaminado por los excrementos de determinados animales.
Las manifestaciones clínicas suelen caracterizarse por la afectación inicial del pulmón, ya que la vía de infección es inhalatoria. La mayoría de las veces la infección es asintomática o con manifestaciones clínicas muy leves, como fiebre, tos, malestar general y neumonitis. Cuando se cura la enfermedad pueden observarse masas fibrosas con calcificaciones en el pulmón o en ganglios linfáticos y bazo. La histoplasmosis puede originar reacciones alérgicas en personas sensibilizadas: también existe una forma de histoplasmosis pulmonar crónica.
El diagnóstico tras una sospecha clínica requiere la realización de cultivos o el estudio histológico para la demostración del microorganismo. El tratamiento de las formas pulmonares agudas no es necesario. En la histoplasmosis pulmonar crónica el tratamiento con fármacos como el ketoconazol o la anfotericina B es eficaz para evitar el agravamiento de la enfermedad.