La porción de piel implantada para cubrir áreas en las cuales se ha perdido la piel debido a quemaduras o lesiones o a la extirpación quirúrgica de tejido enfermo. Para evitar el rechazo hístico de injertos permanentes se toma la piel del propio cuerpo del paciente o de un gemelo idéntico. Se puede utilizar la piel de otra persona o animal como cobertura temporal en áreas de extensas quemaduras, para reducir la pérdida de líquidos. La zona de donde se toma el injerto se llama donante; donde se coloca se denomina zona receptora. Se han utilizado varias técnicas, entre ellas el injerto de pinzamiento, de espesor parcial, de espesor completo, pediculado y en malla. El injerto satisfactorio, cualquiera que se su tipo, está bien establecido en un plazo de 72 horas y cabe prever que se mantenga, a no ser que se produzca una infección grave o un traumatismo. Antes de la cirugía, tanto la zona donante como la receptora han de estar libres de infección y han de contar con una irrigación adecuada. Después de la cirugía se han de evitar el estiramiento y el movimiento de la zona receptora. La manipulación de los vendajes y compresas se debe realizar con una rigurosa técnica estéril y puede ser conveniente el uso profiláctico de antibióticos para prevenir infecciones. Es esencial la nutrición apropiada, con una dieta de alto contenido proteico y calórico.