Es uno de los instrumentos astronómicos más importantes, compuesto por un telescopio fijado a un eje horizontal, para moverse en el plano del meridiano; se utiliza en la observación del meridiano de los tránsitos de los cuerpos celestes (véase tránsito).
El meridiano está señalado en el telescopio por una retícula formada por 2 líneas horizontales y entre 5 y 15 líneas verticales. Para iluminar estas líneas por la noche se utiliza un foco o bombilla, de forma que se puedan ver con el telescopio. El eje horizontal base está compuesto por dos tubos metálicos unidos al tubo del telescopio y situados perpendiculares a él. Los tubos del eje están apoyados en dos soportes que permiten mover el telescopio en cualquier ángulo a lo largo del meridiano. Estos tubos deben estar exactamente ensamblados y colocados en línea el uno con el otro, como si fueran el mismo, o porciones de un conducto sólido que descansa sobre los soportes. Antes de observar un tránsito son necesarios cuatro ajustes: el eje debe estar horizontal, la línea de colimación, en ángulo recto al eje de movimiento, el eje de movimiento colocado de forma que señale con precisión el este y el oeste, y la retícula situada exactamente en el centro de la línea de colimación del objetivo. La anotación precisa realizada por el reloj astronómico del instante en el que el objeto, por ejemplo una estrella, pasa por el centro del campo de visión es la parte esencial de una observación de tránsito. Ésta se realiza mediante el uso de la electricidad. En un momento dado de su oscilación, un péndulo marca un punto sobre una hoja de papel que se mueve de forma uniforme. Del mismo modo, el instante del tránsito se anota cuando el observador acciona un interruptor, y la distancia de este punto al anterior, comparada con la distancia entre dos puntos, da el tiempo con una precisión de casi 0,01 segundos. El círculo de tránsito se distingue fundamentalmente del instrumento de tránsito anterior porque tiene dos grandes círculos graduados en el eje de rotación. Estos se leen con microscopios fijados en una rueda coaxial independiente a la que se llama alidada. Cualquier variación en la posición de la alidada se puede detectar mediante un nivel de burbuja unido a ella.