Es un trastorno de la función renal caracterizado por una alteración en el filtrado glomerular y, por consiguiente, por una incapacidad de los riñones para excretar los productos de desecho nitrogenados, conservar los electrólitos y conseguir una adecuada concentración de la orina; es decir, la insuficiencia renal, puede ser aguda o crónica.
En la forma aguda hay una disminución rápida del filtrado glomerular y puede ocurrir como consecuencia de una disminución del riego sanguíneo que llega a nivel renal, como ocurre en las situaciones de deshidratación o hemorragias sanguíneas, o puede deberse a una enfermedad del propio riñón como ocurre en las glomerulonefritis y en las necrosis tubulares agudas; por último, la insuficiencia renal aguda puede deberse a un proceso de obstrucción aguda de las vías urinarias, como ocurre en la hiperplasia prostática o cuando aparecen cálculos en las vías urinarias. La insuficiencia renal aguda es un proceso potencialmente reversible, de modo que el riñón puede recuperar su función si se corrige a tiempo la causa desencadenante. En la insuficiencia renal crónica, en cambio, se va produciendo una incapacidad permanente del riñón, debido a una destrucción progresiva de la masa de nefronas funcionales.