Constituye el conjunto de efectos tóxicos de la exposición al cloruro de etileno, un hidrocarburo solvente, disolvente y fumigante, y uno de los agentes químicos orgánicos clorados más abundantes. Resulta irritante para los ojos, oídos, nariz, garganta y piel; la inhalación o ingestión puede conducir a graves síntomas e incluida la muerte.