Es la fase del desarrollo de una psicosis que sigue a una experiencia inicial de confusión, extrañeza y aprensión, se caracteriza por una intuición que permite al paciente interpretar el mundo externo como un sistema de pensamientos delirante. Los factores que antes resultaban confusos ahora forman parte del modelo sistematizado de delirios, el cual, aunque irracional para un observador, es percibido por el paciente como la consecución de un pensamiento excepcionalmente lúcido.