Se aplica a los animales que pertenecen a un grupo heterogéneo, sin valor taxonómico o sistemático ni filogenético, que tienen en común carecer de columna vertebral.
La división de animales en invertebrados y vertebrados fue introducida en 1801 por el biólogo francés J. B. Lamarck. Esta división no tiene importancia taxonómica; sin embargo, el término “invertebrados” se usa de manera descriptiva en la literatura científica y, especialmente, educativa.
Los invertebrados incluyen la gran mayoría de los animales que habitan la tierra. Se conocen alrededor de 1,26 millones de especies de invertebrados, mientras que hay un total de 45.000 especies de vertebrados. Los insectos son los invertebrados más numerosos: se conocen más de 1 millón de especies. (En realidad, probablemente no haya menos de 2 millones de especies de insectos). Otros grupos de invertebrados con el número de especies son los protozoos, 25.000 especies; esponjas, 5.000; Celenterata, 9.000; gusanos inferiores, 20.000; moluscos, 107.000; y Articulata (excluidos los insectos) no menos de 79.000 especies.

Evidentemente, el número de especies de invertebrados existentes en la naturaleza es mucho mayor; cada año se describen varios miles de especies previamente desconocidas.

Los invertebrados prevalecen en todas partes: en agua dulce, en los mares y océanos, en la tierra y en el suelo. Muchos son parásitos de animales y plantas. El papel de los invertebrados en la naturaleza es muy grande. Restos sólidos de invertebrados que vivieron en eras geológicas anteriores forman parte de la composición de diversas rocas sedimentarias. En ocasiones estos restos constituyen el grueso de la roca (por ejemplo, las calizas consisten casi en su totalidad en esqueletos de invertebrados extintos: foraminíferos, corales, briozoos, moluscos y otros).

La importancia de los invertebrados para la humanidad es grande y variada. Muchos invertebrados o sus productos sirven de alimento para los humanos (miel de abejas, crustáceos, moluscos y otros) o para varios animales de caza, aves y peces. Los productos de la actividad vital de ciertos invertebrados tienen valor económico e industrial (cera de abejas, hilos de seda de gusanos de seda, goma laca de Coccidia, tintes, como sepia de sepia, perlas y conchas de moluscos y esqueletos de pólipos de coral). En varios casos, los invertebrados se utilizan para luchar contra animales dañinos; es decir, los parásitos y los depredadores destruyen a los animales dañinos. (Este es el método biológico para combatir plagas que dañan plantas y animales útiles). En geología, el estudio de los restos de invertebrados fosilizados es particularmente valioso para determinar la edad de las rocas sedimentarias.
Además de los invertebrados útiles, existen muchos nocivos, incluidos los animales que son portadores de patógenos infecciosos y parasitarios; huéspedes intermedios de gusanos parásitos y portadores de enfermedades transmisibles; animales venenosos; plagas que atacan granos, productos de granos y plantas agrícolas; y plagas forestales.