Doctrina que exageraba las ideas de San Agustín acerca de la influencia de la gracia divina para obrar el bien, con mengua de la libertad humana. Tuvo su origen en el s. XVII y se desarrolló sobre todo en Francia durante los ss. XVII y XVIII, basándose en la doctrina de san Agustín, atribuía una gran dosis de intervención a la iniciativa divina, y sostenía que Dios predestinaba a los hombres a salvarse o a condenarse.