Dícese del daño físico sufrido por el abdomen y los órganos que contiene; el abdomen es especialmente vulnerable al golpe directo durante la práctica de deporte de contacto o choque. La mayoría de las lesiones cerradas no son graves y conllevan la pérdida del aliento o bien una magulladura superficial que requiere la aplicación de una bolsa de hielo. Un golpe directo en el abdomen provoca en ocasión una lesión grave al romper algún órgano interno. El hígado y el bazo son los órganos que tienen más probabilidad de quedar afectado. Paradójicamente, la lesión grave suele ser poco sintomática con signo que varían desde un malestar leve hasta rigidez abdominal y shock. En el caso de que haya un dolor abdominal persistente (asociado o no con un golpe), se tratará con gran seriedad, porque puede ser uno de los síntomas de varias enfermedades médicas potencialmente mortales si no se diagnostica y trata como se debe. En tal caso, hay que acudir al médico, no debe darse ninguna bebida o medicamento al paciente y no se hará esfuerzo físico alguno. Una lesión penetrante puede dañar cualquier estructura interna; se cubrirá la herida (preferentemente con un vendaje antiséptico) y se trasladará el herido de inmediato a un hospital: si los intestinos sobresalen no se debe recolocar, sino que se cubrirá con un vendaje húmedo.