Dícese del daño sufrido por los tejidos y la estructura del cuello; la mayoría de las lesiones del cuello son producto de una caída, un golpe directo o un movimiento de torsión. Estas lesiones agudas del cuello pueden ser: esguince, distensión, contusión, fractura y luxación. Toda conexión nerviosa y circulatoria vital entre la cabeza y el cuerpo pasan por el cuello, lo cual hace que alguna lesión pueda derivar en una discapacidad permanente. No obstante, es difícil diferenciar la lesión potencialmente discapacitadora de la que tiene efecto menor, razón por la cual todo deportista con una lesión aguda de cuello debe ser tratado por igual; hay que asumir que la lesión es seria y buscar con rapidez atención médica de urgencia. El paciente con una posible lesión de cuello no debe ser movido a menos que corra riesgo de sufrir una nueva lesión. La mayoría de las lesiones de cuello se producen en el deporte de choque como el fútbol americano y el rugby. Si el paciente con lesión de cuello lleva casco, no se debe quitar en el terreno de juego a menos que haya peligro de dificultad respiratoria y no se pueda acceder a las vías respiratorias; si fuera esencial quitar el casco, sólo lo debe hacer el personal preparado. Fortalecer el cuello, adquirir una buena técnica y la intervención a tiempo del árbitro reduce el riesgo de sufrir lesión seria de cuello en el deporte de choque.