Se aplica cuando la muerte se produce luego de la formación del huevo o cigoto. En este caso podemos hablar de letales cigóticos propiamente dichos (o embrionarios), que se da antes del nacimiento del individuo; letales post-embrionarios (luego del nacimiento), y letales juveniles o subletales, en algunos casos los individuos mueren antes de alcanzar la madurez sexual; y en otros casos luego de la pubertad (parcialmente subletales), pudiendo morir por una causa distinta a la letalidad genética.