Es un derivado del ácido lisérgico, sintetizado por Hoffman en 1938 con propiedades altamente alucinógenas. En medicina, el psicotomimético, derivado ergotínico semisintético que actúa a múltiples niveles del sistema nervioso central, desde la corteza a la médula espinal. El fármaco puede producir dilatación pupilar, aumento de la tensión arterial, hiperreflexia, temblor, debilidad muscular, piloerección, aumento de la temperatura corporal, vértigo, mareo, parestesias, euforia o disforia y sinestesias; se pueden oír los colores o visualizar los sonidos, y notar que el tiempo pasa lentamente. Puede generar una dependencia psicológica; el empleo de lisergida se asocia a riesgos significativos, tales como pánico, depresión importante, conducta paranoide y episodios psicóticos prolongados.