La masa de agua salada que cubre la mayor parte de la superficie terrestre. Los mares constituyen la parte más extensa de la hidrosfera, y cubren, aproximadamente, las tres cuartas partes del globo (unos 361 millones de km2), en particular en el hemisferio Austral, donde su predominio sobre las tierras se acentúa. En la configuración de los fondos marinos cabe resaltar la existencia de una plataforma submarina a una profundidad media de 200 m (plataforma continental), que se extiende, con mayor o menor anchura, alrededor de la tierra firme, y ofrece valles y alturas relacionados con el relieve de aquella. Sobre esta plataforma se acumulan los materiales de erosión arrancados a los continentes. Un talud abrupto (talud continental) da paso a profundidades del orden de los 1 000 y 2 000 m. En la región pelágica, con profundidades de 3 000 a 5 000 m, se realiza un constante proceso de sedimentación, debido a la precipitación química de las sales disueltas y a la descomposición de la materia orgánica: las mayores profundidades constituyen la región abisal.
En geografía, el término Mar (división determinada en que se divide el Mar) se utiliza para designar todas las aguas saladas que cubren una gran parte de la superficie de la Tierra; este nombre se aplica, a menudo, a superficies marítimas que se extienden a orillas de los continentes, y a masas de agua salada que, como el mar Mediterráneo, parcialmente rodeado por tierra, son más pequeñas que un océano, al que generalmente están conectados; el nombre también se utiliza para referirse a masas de agua salada situadas tierra adentro, como el mar Caspio, y, ocasionalmente, a masas de agua dulce también localizadas en tierra firme, como el mar de Galilea.