Es un término no técnico de la valoración neurológica breve, prescrita por un médico y que se debe realizar cada 4 horas al paciente que puede tener trastornos que evolucionan como accidentes cerebrovasculares: el nivel de conciencia se clasifica en orientado, obnubilado, estuporoso o comatoso. Se valoran los movimiento voluntarios e involuntarios de las extremidades; se evalúan las pupilas por la isocoria, reactividad a la luz y acomodación.