Músculo que se encuentra bajo el control de la voluntad y que generalmente se halla asociado al esqueleto. Cada músculo individual consiste en haces de largas fibras musculares, cada una con un sarcolema y un sarcoplasma, retículo sarcoplásmico y muchos núcleos, todo el músculo está envuelto por una gruesa y fuerte capa de tejido conectivo (epimisio), que se fija a cada extremo del hueso a través de tendones inextensibles. Dentro de cada fibra hay pequeñas fibras (miofibrillas) que tienen bandas claras y oscuras de forma alterna, las cuales contienen los filamentos responsables de la capacidad contráctil del músculo, y que dan a éste su característico aspecto de bandas que se observa con el microscopio óptico. La unidad fundamental de la miofibrilla es el sarcómero, el extremo del músculo que se fija al hueso que no se mueve es el origen del músculo, mientras que el extremo que se fija al hueso que se mueve es de inserción. Cuando un músculo se contrae, se acorta y engorda, a la vez que acerca un hueso al otro, ya que un músculo no puede extenderse, se precisa de la acción de contracción de otro músculo (extensor) para deshacer los efectos de la contracción del primero (flexor).