La noradrenalina (llamada norepinefrina cuando es sintética) es una catecolamina con doble función como hormona y neurotransmisor. Destaca su función en las vías simpáticas del Sistema Nervioso Autónomo. Activa los estados de alerta e incrementa el ritmo cardiaco y la presión sanguínea. Niveles bajos de noradrenalina aumentan la somnolencia y pueden causar estados depresivos. Como hormona del estrés, la noradrenalina afecta a partes del cerebro donde se controlan la atención y las acciones de respuesta. Junto con la adrenalina, la noradrenalina también interviene en la respuesta «luchar o volar», aumentando de manera directa la frecuencia cardíaca, provocando la liberación de glucosa a partir de las reservas de energía, y aumentando el flujo sanguíneo al músculo esquelético. Sin embargo, cuando la norepinefrina actúa como droga, aumenta la presión arterial por su destacado efecto sobre el tono vascular (por la estimulación de los receptores alfa-). Este aumento en la resistencia vascular es un reflejo de activación compensatorio que supera sus efectos directos estimulantes sobre el corazón. Este reflejo, llamado reflejo baroreceptor, resulta en una caída del ritmo cardíaco que se conoce como reflejo de bradicardia. En medicina, la sustancia química producida por algunas células nerviosas y en la glándula suprarrenal. Puede actuar tanto como neurotransmisor (mensajero químico usado por las células nerviosas), y como una hormona (sustancia química que recorre la sangre y controla las acciones de otras células u órganos). La glándula suprarrenal libera la norepinefrina en respuesta al estrés y la presión arterial baja.