El oro que se preparaba para las iluminaciones de libros y miniaturas, mezclando con miel el metal batido en hojas muy delgadas o panes, moliéndolo todo y lavándolo después repetidamente para recoger el polvo fino que resultaba.
También se aplica al oro que resulta de disolver el metal en agua regia y empapar en el líquido obtenido trapos de hilo, que después se queman para recoger las cenizas, donde se encuentra el oro en polvo.