La administración de oxígeno a una presión superior a la presión atmosférica normal. Esta técnica se emplea para superar el límite natural de solubilidad del oxígeno en la sangre. La oxigenación hiperbárica se ha utilizado para tratar la intoxicación por monóxido de carbono, el embolismo gaseoso, la inhalación de humo de tabaco, la intoxicación aguda por cianuro, la enfermedad de los buceadores, la mionecrosis por clostridios y ciertos casos de pérdida de sangre o anemia en las que el aumento de transporte de oxígeno puede compensar el parte la deficiencia de hemoglobina.