Es un espacio natural protegido de la República Argentina que se encuentra bajo jurisdicción de la provincia de Tucumán y se ubica a 110 km al suroeste de la ciudad de San Miguel de Tucumán, la capital provincial. Se asienta en el valle de Tafí, próximo a la localidad homónima. Este valle, fértil y pintoresco, queda enmarcado por las sierras del Aconquija, las cumbres de Mala-Mala y el cerro Ñuñarco.
Los yacimientos arqueológicos que conforman este parque constan de numerosos menhires, largas piezas de granito, por lo general cilíndricas, con extrañas inscripciones y figuras que han quedado como testimonio de la cultura calchaquí, que alguna vez habitó esta región. Se han desarrollado diversas teorías en torno al misterioso origen de los menhires; una de ellas sostiene que en su origen estas piedras parecen haber estado pintadas. La presencia de círculos de piedra alrededor de ellas parece indicar que se trataría de un método para determinar los solsticios y podrían haber servido para señalar los puntos equinocciales. Otras teorías, sin embargo, mantienen que estos monumentos líticos están asociados con rituales de fecundidad. Las primeras referencias que se conocieron de este tesoro arqueológico datan de los trabajos que realizó Juan B. Ambrosetti en 1897, en homenaje a quien se erigió el museo del lugar.