Es un espacio natural protegido del noroeste de Argentina que se encuentra ubicado sobre las estribaciones orientales del cordón de los nevados del Aconquija, dentro del departamento de Chicligasta, en el suroeste de la provincia de Tucumán y sobre el límite con la provincia de Catamarca. Fue declarado parque nacional en 1995. Se trata de un área de singular belleza, rica en flora y fauna autóctona, que se extiende desde los 847 m hasta los 5.200 m sobre el nivel del mar. Esto hace que este sector de la región de Sierras pampeanas sea un verdadero muestrario vegetal.
En la selva basal, que se desarrolla hasta aproximadamente los 900 m destacan los laureles, las tipas, el cebil colorado y el lapacho, entre otros. Entre los 900 y 1.500 m se extiende la selva montana, en la que sobresale el horco molle. A partir de los 1.300 m, y hasta los 2.500, se destacan el aliso y el pino del cerro. Por encima de los 2.600 m aparece el pajonal. Entre la rica fauna del parque se distinguen el pecarí, el guanaco, el lobito de río, el zorro colorado, el puma, el coatí, el ocelote, el cóndor andino, el halcón peregrino, el gaucho andino y el jilguero de cola blanca, entre los más destacados. Otro aspecto que se debe mencionar es que, entre los 4.000 y 5.000 m, se ubican las ruinas del Pueblo Viejo o Ciudacita, que, de acuerdo con el arqueólogo estadounidense Hohn Hyslop (quien recorrió el lugar en 1986), constituyen las construcciones incásicas más importantes desde Cuzco hasta Tierra del Fuego, y revisten gran significación astronómica.