Es un parque nacional de Honduras, creado en 1987 con una extensión de 420,07 km2 en su núcleo y otros 247,1 km2 en su área de amortiguación. Está localizado a unos 165 km al noroeste de la capital del país, Tegucigalpa, y al oeste de la población de Gracias, de exquisito sabor colonial, con aguas termales. El parque ostenta en su interior el punto más alto de Honduras, a 2.827 m de altitud. Su importancia reside en el magnífico ejemplo de bosque nublado, que da cobijo a una amplia población de quetzales, el ave más emblemática de la fauna mesoamericana, a la que se otorgan poderes divinos y una especial relevancia en tiempos precoloniales. Asimismo destaca el parque por la enorme biodiversidad, pues en él se hallan seis de las siete especies de pinos hondureños.