Es un parque nacional de Panamá, ubicado en la península de Azuero, a 325 km de la ciudad de Panamá, la capital del país, con una superficie de 32.557 ha que se extienden entre las provincias de Veraguas y Los Santos. Está atravesado por los ríos Portobelo, Tonosí, Pavo y Quebra, que le imprimen carácter, conformando un paisaje enmarcado por las aguas del océano Pacífico y las estribaciones de la cadena de Azuero. Este parque se creó para preservar las más de 30 especies de plantas endémicas en él existentes, pudiéndose diferenciar distintos hábitat, como bosques deciduos, perennifolios o de ribera, consecuencia directa de los tipos de suelo y roca, exposición a los vientos, patrón anual de precipitaciones e intervención del hombre. La interacción de estos fenómenos ha marcado la realidad faunística, con especies como el carato, el venado, el pizote, los saínos, las urracas, los pericos, los pavones y los gavilanes. En sus playas desovan tortugas marinas, como la carey, la tortuga verde, la baula y la lora.