Es un parque nacional de Honduras situado en la parte más septentrional del departamento de Gracias a Dios. Fue creado en 1980 tras el acuerdo alcanzado entre Honduras y la Organización de las Naciones Unidas con la finalidad de proteger una de las zonas mejor conservadas de la costa occidental del mar Caribe, y declarado Patrimonio de la Humanidad en 1982. Ocupa una superficie de 350.000 ha, lo que lo convierte en el segundo parque más extenso de Centroamérica después del Parque nacional del Darién, y forma parte de la región de Mosquitia. Se sitúa en torno al río Plátano, que desemboca en la laguna de Ibans, junto al mar Caribe, y en su interior existen algunas localidades como Palacios y Batalla, habitadas por población garinagu. Posee un clima tropical muy cálido y húmedo (con un promedio anual de precipitaciones de más de 4.000 mm), lo que ha permitido el desarrollo de espesas selvas y manglares, que son el cobijo de una rica y variada fauna. Destacan animales como el caimán, jaguar, ocelote, mono araña, oso hormiguero gigante, pecarí, peces, tortugas y aves, como guacamayos, garzas y patos.