Es un espacio natural protegido de Argentina que se encuentra al noroeste de la provincia de Corrientes. Fue creado en 1992 gracias a la donación de estas tierras por la firma Pedersen y Cía., compañía de titularidad privada. El parque fue creado con el objeto de preservar un área representativa de la fauna y flora de la provincia de Corrientes, ya que, a causa de los asentamientos humanos y las actividades agropecuarias derivadas de estos, el paisaje autóctono había sido dañado considerablemente.
La provincia de Corrientes está dividida en tres ambientes naturales. Uno de ellos es el llamado ‘triángulo del noroeste’, que posee una individualidad biogeográfica notable. En él se encuentran paisajes como el de las selvas marginales, las formaciones de los bosques abiertos y de zonas altas tipo chaqueño y las isletas forestales, que representan la provincia fitogeográfica de Misiones. Otro de los ambientes es el de los bosques chaqueños. Está formado por planicies onduladas, esteros y riachos. El clima es subtropical. La vegetación está compuesta por bosques, palmeras, esteros y pajonales. Este ambiente se superpone con el tercer ambiente, el de las sabanas mesopotámicas, caracterizado por presentar numerosas ondulaciones. El tipo de ambiente predominante es el bosque semi-xerófilo; estos bosques se alternan con praderas y palmares.
El parque posee especies de tres provincias fitogeográficas. De la provincia de Paranaense, se encuentran especies típicas de la selva misionera: el alecrín (Holocalyx balansae), la palmera pindó (Arecastrum romanzoffianum) y el timbó (Enterolobium contortisiliquum). La provincia Chaqueña está representada por bosques xerófilos. Los bosques están compuestos por quebrachos blancos y colorados del Chaco, palma blanca, chañar y algarrobo blanco, entre otros. La provincia del Espinal está representada por especies del distrito de Ñandubay, destacando los palmares de yatay (Butia yatay).
Por lo que se refiere a la fauna del parque, hay una gran variedad de peces en los esteros y lagunas como dorados, surubíes y viejas de agua. Los reptiles de la zona se caracterizan por ser típicamente subtropicales mesopotámicos. Destacan el yacaré negro (o caimán yacaré) y el yacaré ñato. Dentro de los mamíferos cabe nombrar el lobito de río (Lontra longicaudis), el aguará guazú o lobo de crin (Chrysocyon brachyurus), el ciervo de los pantanos (Blastocerus dichotomus), el oso melero (Tamandua tetradactyla), el carpincho, el carayá, el zorro, el guazuncho y varias especies de murciélagos.
El parque cuenta con numerosas especies de aves, como el ñandú, el anó grande, el tingazú y varias especies de loros, patos, pájaros carpinteros y rapaces, entre otras muchas. Además hay cinco especies de aves que son difíciles de encontrar en otro lugar de Argentina: el milano cabeza gris (Leptodon cayanensis), el pato real (Cairina moschata), el milano chico (Gampsonyx swainsonii), el aguilucho cola corta (Buteo brachyurus) y el picaflor de antifaz (Polytmus guainumbi).