Es un espacio natural protegido situado en el norte de España, sobre el macizo de los Picos de Europa, en la cordillera Cantábrica, en las comunidades autónomas de Cantabria, Castilla y León y Principado de Asturias. Hasta 1995 fue denominado Parque nacional de la Montaña de Covadonga. En 2003 fue declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO. Es el parque nacional español más antiguo, inaugurado en 1918 por el rey Alfonso XIII, a iniciativa de Don Pedro Pidal, marqués de Villaviciosa, en conmemoración del 1.200 aniversario de la batalla de Covadonga, inicio de la Reconquista.
Su espectacular orografía está constituida por calizas carboníferas, sobre las que el glaciarismo, el agua de la lluvia y los ríos han labrado múltiples formas cársticas. Los fuertes desniveles (entre los 2.648 m de Torre Cerredo y los 100 m del río Sella) han abierto desfiladeros como el del Cares, lagos como los de Enol y Ercina, cuevas, simas o lapiaces, dominados por montes, tan emblemáticos como el Naranjo de Bulnes, que son el centro del alpinismo español. Los ríos Sella, Duje, Deva y Cares constituyen la red hidrográfica principal. Los tres macizos que componen el Parque nacional Picos de Europa son el macizo Central, el más abrupto de los tres y el que presenta las mayores altitudes (Torrecerredo y Naranjo de Bulnes); el macizo Occidental, en el que se localiza la cumbre Peña Santa de Castilla así como los lagos de Covadonga; y el macizo Oriental, el de menor extensión y altitud.
Este parque nacional presenta una gran riqueza de flora y fauna. En el piso bajo conviven los prados con robles y avellanos (Corylus avellana), además de arces, tilos, fresnos, castaños y nogales, con un sotobosque formado por brezos, zarzas y otros arbustos. El bosque atlántico predomina en todo el parque aunque en algunas zonas, como en los desfiladeros de los ríos Sella, Cares y Deva, se dan condiciones de clima mediterráneo con una vegetación propia de este clima: encinas, madroños y laureles. El piso subalpino pertenece al hayedo, de gran belleza y colorido. Poco a poco las hayas (Fagus sylvatica) son sustituidas por enebros, piornos, brezos, arándanos, aulagas y retamas. Finalmente, en las altas cumbres, solo sobreviven plantas de pequeño tamaño y arbustos almohadillados como el lastón de montaña (Helictotrichon sedenense), la silene sin tallo (Silene acaulis), la especie Saxifraga oppositifolia, el llantén de los Alpes (Plantago alpina) o el ranúnculo alpestre (Ranunculus alpestris).
La fauna no es menos rica y variada; el lobo encuentra aquí uno de sus refugios y junto a él rebecos, corzos (Capreolus capreolus), jabalíes (Sus scrofa), gatos monteses, tejones (Meles meles), martas (Martes martes) y comadrejas (Mustela nivalis). En cuanto a las aves, el urogallo es la especie más emblemática. Otras aves presentes en el bosque son el pito negro (Dryocopus martius), el petirrojo (Erithacus rubecula) o el trepador azul. En la parte más alta pueden verse el acentor alpino (Prunella collaris), el gorrión alpino (Montifringilla nivalis), la chova piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax) y la chova piquigualda (Pyrrhocorax graculus). Entre las rapaces destacan el águila real (Aquila chrysaetos), el buitre leonado (Gyps fulvus) o el quebrantahuesos (Gypaetus barbatus). El lución (Anguis fragilis), la salamandra rabilarga (Chioglossa lusitanica), el tritón alpino (Triturus alpestris), la rana bermeja (Rana temporaria), el sapo partero (Alytes obstetricans) y el sapo común (Bufo bufo) son algunos de los reptiles y anfibios que viven en las masas de agua presentes en el parque.