Se aplica a una partícula subatómica, como el electrón, el neutrón o el protón. En física nuclear, se define como el constituyente último de la materia, que no puede dividirse en partículas más pequeñas. Se caracteriza por su serie de parámetros, muchos de los cuales son números cuánticos. Son ejemplos de parámetros con analogía clásica la masa en reposo, la carga eléctrica y la vida media. Cabe citar los números cuánticos espín, isospín, paridad y extrañeza. Las partículas elementales pueden ser estables o inestables. La vida media de estas últimas depende del tipo de interacción (fuerte, débil o electromagnética) que experimentan.