Es una continuación del peritoneo parietal, que se refleja en distintos lugares por encima de las vísceras y da lugar a una cubierta que reviste por completo el estómago, bazo, hígado, intestinos desde el duodeno distal al extremo superior del recto, útero y ovarios; también recubre de forma parcial algunos otros órganos abdominales. Mantiene las vísceras en su posición mediante pliegues, que incluyen los mesenterios, los epiplones y los ligamentos gástrico, hepático, esplénico, renales, vesicales y uterinos.