Se aplica, en odontología, al plano craneométrico determinado por los bordes inferiores de las órbitas óseas y por el borde superior del conducto auditivo (acuerdo antropológico de Frankfurt-am-Main, 1882). Pasa a través de las dos órbitas y de los dos tragos y se suele emplear como superficie de referencia en el diagnóstico ortodóncico y en la planificación del tratamiento.