La política destinada a controlar los procedimientos y fármacos que se consumen con el fin de obtener ventaja en el deporte. Una buena política no sólo se dedica a enumerar las sustancias y procedimientos prohibidos, sino que cuenta con un buen programa de pruebas de detección eficaces (incluidos los procedimientos de recogida y control antidopaje), e inicia las acciones pertinentes contra las infracciones manifiestas con esta política. La política de control antidopaje más influyente es la del Comité Olímpico Internacional. Su política se basa en una lista de sustancias y procedimientos prohibidos reunida por su Comisión Médica. Una política eficaz de control antidopaje incorpora controles fuera de competición así como durante la misma competición. Muchos organismos deportivos realizan dichos controles, pero es probable que sólo adopten medidas disciplinarias si se encuentra un esferoide anabólico o alguno de sus agentes enmascaradores. Un médico puede prescribir una sustancia prohibida o un entrenador puede animar a un deportista a consumir ciertos fármacos, aunque a los ojos de las autoridades deportivas que llevan a cabo los controles antidopaje, la responsabilidad es sólo del deportista.