Se define como el estado en el que las funciones psicosociales, espirituales y fisiológicas de la unidad familiar están crónicamente desorganizadas, llevando a conflicto, negación de problemas, resistencia al cambio, solución ineficaz de los problemas y una serie de crisis que se autoperpetúan: diagnóstico de enfermería aceptado por la Eleventh National Conference on the Classification of Nursing Diagnoses.