Las prolaminas fueron llamadas así, por Th. B. Osborne, para indicar que, siendo ricas en polina, desprenden mucho amoníaco cuando se hidrolizan mediante ácidos. El término se aplica a cualquiera de los holoproteidos de reserva característicos de los vegetales superiores, solubles en el alcohol a 70-90o y ricos en ácido glutamínico. La gliadina se obtiene del gluten, por extracción con alcohol; la zeína, procede del maíz (P. V.).