Es una prueba en sangre que evalúa el mecanismo de la coagulación sanguínea. Los niveles elevados de fibrinógeno pueden indicar inflamación tisular o necrosis y pueden predecir un incremento en el riesgo de enfermedad arterial coronaria o cerebrovascular; se observan niveles disminuidos en las enfermedades hepáticas, la malnutrición y la coagulopatía de consumo.