Es una prueba sanguínea que mide la concentración de partículas disueltas en la sangre. Es útil para evaluar al paciente con desequilibrio hídrico y electrolítico, convulsiones, coma y ascitis, así como para controlar y evaluar el estado de hidratación, el equilibrio acidobásico y las posibles alteraciones de la hormona antidiurética (ADH).