Prueba para diagnosticar una lesión del ligamento cruzado anterior de la rodilla. Con el paciente en decúbito supino y la rodilla flexionada unos 30º, el examinador estabiliza el fémur anterior sobre la tibia con la otra mano. Si se mueve en exceso la tibia hacia delante por debajo del fémur, es señal de que existe una lesión del ligamento cruzado anterior.